El Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) es el producto de interesante y valioso ejercicio conjunto que hacen periódicamente el Banco de la República y la Universidad Javeriana de Cali para tomar el pulso al crecimiento de la economía nacional, con énfasis en las regiones. Se trata de una especie de faro que les permite a las administraciones territoriales ajustar sus políticas públicas para sumarse a la empresa nacional de fortalecer el aparato productivo del país y potenciar su músculo social.
De acuerdo con el más reciente informe publicado por el Emisor sobre la economía regional, durante el último trimestre de 2021 el IMAE muestra que los departamentos de la Región Caribe, por ejemplo, registraron un crecimiento económico de 7,5 % -en un rango entre 7,0 % y 8,0 %-, comparado con el mismo periodo de 2020.
Los departamentos del Nororiente alcanzaron durante el mismo lapso un incremento anual preliminar de 5,8% -en un rango entre 4,6 % y 7,0 %-y completaron así cuatro periodos consecutivos con aumentos significativos.
Ese crecimiento ha venido aparejado con factores clave como la productividad del sector agrícola, las nuevas dinámicas de la actividad industrial y el aumento de la actividad turística, favorecido este último por la gradualidad bien manejada de la reapertura de la actividad y la eficacia del Plan Nacional de Vacunación.
El Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (SIPSA), citado en el informe del Banco de la República, revela que durante el cuarto trimestre de 2021 que el volumen de productos agrícolas que salieron de la región Caribe con destino a las centrales de abasto de todo el país creció en 27,7%, al sumar 64.108 toneladas.
Es claro que las particularidades de cada entidad regional deben verse de la perspectiva de las ventajas comparativas. En Atlántico, el buen desempeño de la producción, las ventas y el empleo estuvo impulsado por las clases industriales de alimentos y bebidas y químicos, farmacéuticos, principalmente, mientras que en Bolívar el jalonamiento corrió por cuenta de las clases industriales de químicos. En Córdoba, tanto la producción real como las ventas reales experimentaron aumentos importantes, al iniciarse las obras de mantenimiento y reparación en una de las dos líneas de producción del ferroníquel, principal producto industrial del departamento.
La Encuesta Mensual de Alojamiento (EMA), elaborada por el DANE, muestra que la actividad turística y hotelera en la misma región vio acelerada su recuperación, gracias a la ocupación hotelera (San Andrés y Cartagena llegaron a 74,6 % y 70,2 %, respectivamente) y a las menores restricciones generadas por la pandemia de la covid-19, flanco en el que trabaron unidos el Ministerio de Salud y las secretarias departamentales del ramo.
Durante el cuarto trimestre del año pasado Arauca, Boyacá, Santander y Norte de Santander vieron la expansión de su economía en cerca de un 9,8 % frente a 2020 y 1,3 % en comparación con 2019. Las menores restricciones de movilidad en comparación con el año anterior y el incremento en el gasto en recreación y turismo favorecieron a estos cuatro departamentos.
“De acuerdo con el Ministerio de Transporte, entre octubre y diciembre Nororiente logró el dato más sobresaliente de los últimos cuatro años en transporte terrestre de carga, al consolidar 4,5 millones de toneladas despachadas. Lo anterior significó un aumento anual de 20,3% y permitió que la región continuara superando los niveles alcanzados en periodos prepandemia”, destaca en su informe del Banco de la República.
El Eje Cafetero cerró 2021 con un importante repunte en ventas de sus productos, logró sus mejores resultados de sus últimos siete años y alcanzó los niveles más altos comparados con el total nacional.
La industria en Antioquia continuó mostrando buena dinámica y estuvo puesta a tono con la recuperación de la economía que registró un alto crecimiento en 2021. Su producción, ventas reales y el empleo del sector siguieron con su tendencia expansiva.
La Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial (EMMET) revela que la industria de Valle, Cauca, Nariño y Putumayo continuó su fortalecida recuperación al crecer 9,4 % anual. Los resultados demuestran la resiliencia, que fue la más afectada por los paros y protestas.
Todas las regiones se vieron favorecidas por los esfuerzos de sus administraciones para atender una mayor presencialidad escolar, universitaria y laboral. Como lo proyectaron los foros sobre reactivación realizados por la Federación Nacional de Departamentos, el sector de la construcción ha sido uno de los grandes motores para que ese proceso conserve su ritmo alentador. En varias zonas la amplia demanda por vivienda nueva ha motivado la oferta de materiales asociados a la actividad.
Hay razones para el optimismo. Las próximas buenas nuevas serán la estabilidad financiera y fiscal en la que trabajan sin tregua los territorios.