Con frecuencia la sociedad colombiana le exige al Estado una mayor inversión en los campos de la Ciencia, la Tecnología y la innovación (CTeI), áreas que han venido sufriendo un rezago histórico. Por eso, no podríamos ignorar la trascendencia de una decisión tomada el pasado 30 de junio por el Órgano Colegiado de Decisión (OCAD) del sector al aprobar los términos de referencia de las bien llamadas convocatorias públicas, abiertas y competitivas, que durante la vigencia 2021-2022 señalarán el rumbo de la inversión en ese ámbito estratégico para el desarrollo del país.
La determinación es fruto de un esfuerzo liderado por las universidades, el Gobierno nacional y los departamentos. Las convocatorias ascienden a $989 mil millones de los más de $1,2 billones que a la fecha están disponibles. Una de las grandes novedades es que, por primera vez en este tipo de procesos administrativos, es destinada una contrapartida específica para proyectos CTeI en asuntos medioambientales, energías renovables y reducción de emisión de CO2, por valor de $246 mil millones.
Se trata de un logro que honra los esfuerzos desplegados para conseguir la reactivación económica al amparo, en buena medida, en los ágiles mecanismos de apropiación de recursos generado por la reciente reforma al Sistema General de Regalías. Justo es reconocer que el OCAD CTel ha conseguido adaptarse rápidamente a los retos que trajo consigo la Ley 2056, que a mediados de marzo cobró vigencia con la aprobación de proyectos que benefician a diferentes sectores de la economía.
Los recursos combinados entre el OCAD de CTel y los destinados a proyectos ambientales que lideran en el Ministerio del Medio Ambiente y el Departamento Nacional de Planeación, representan también una oportunidad para que, por medio de la combinación de fuentes, sean concretados propósitos específicos para aquellos proyectos que buscan salvaguardar el medioambiente y los ecosistemas del país.
Es clave que los proyectos sean ejecutados en armonía con los planes de desarrollo territoriales, pues en momentos en que los recursos parecen escasos es fundamental que las convocatorias guarden lógica con las dinámicas de desarrollo y con las necesidades ya identificadas en la hoja de ruta de los gobiernos departamentales. Solo así sus resultados generarán beneficios tangibles, gracias a que se verán estimuladas las sinergias entre los actores públicos y privados.
Dentro de esa lógica, las convocatorias permitirán que todos los actores que formen parte del Sistema Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación presenten sus propuestas con el objetivo de resolver las necesidades territoriales planteadas desde los departamentos. Estas convocatorias representan una oportunidad para democratizar los recursos de los territorios. Teniendo en claro el horizonte de la inversión por medio de los planes de desarrollo se logrará consolidar la participación de los actores que pueden ejecutar eficientemente los recursos.
El espectro de las convocatorias abarca seis áreas sustanciales, entre las que vale destacar la productividad, la competitividad y el desarrollo social de los territorios, el desarrollo para el avance del conocimiento y la creación, formación e inserción de capital humano de alto nivel para las regiones para el bienio 2021-2022.
Fomentarán también la apropiación social del conocimiento en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollarán vocaciones para la consolidación de una sociedad del conocimiento de los territorios. Le apuntarán al fortalecimiento del sistema territorial de ciencia tecnología e innovación y la sostenibilidad ambiental.
Fue posible construir las convocatorias a partir de las demandas del territorio. Los gobernadores pudieron priorizar, en conjunto con sus Consejos Departamentales de Ciencia, Tecnología e Innovación (Codecti) los principios de desarrollo competitivo, productivo y la planeación con un enfoque participativo, democrático y de concertación.
En un país como el nuestro, las regalías serán siempre motor de desarrollo. Regalías bien invertidas, en concertación con todos los actores de la cadena de la Ciencia, Tecnología e Innovación, prepararán al país para el futuro y consolidarán desarrollos alternativos basados en la educación, la investigación y el emprendimiento.
Por último, el pasado 30 de junio el Ministerio de Minas y Energía publicó la Resolución 40207 que reglamenta la modalidad de obras por regalías. El mecanismo aplica para las asignaciones directas de municipios y departamentos que, para el bienio 2021-22, se estiman en $3,8 billones. Ahora, más que nunca, es clave continuar trabajando en llave con el sector privado y potencializar los recursos y ponerlos a disposición de la reactivación.
*Director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos.