Estremece el alma y sacude la conciencia nacional la destrucción, en medio del fuego abrasador y temperaturas sofocantes sin precedentes, de cerca de 7.000 hectáreas de bosques en 174 municipios de 27 de nuestros 32 departamentos. El fenómeno de El Niño, cuyos efectos se encrudecen por causa del cambio climático, nos enfrenta a una situación de desastre cuya declaratoria -más allá de las formalidades legales- debe convertirse en una convocatoria a sumar esfuerzos y recursos para frenar los estragos que ha dejado este evento climático.
El progresivo desabastecimiento de agua y las sequías, que en algunas regiones contrastan con heladas que destruyen los cultivos y afectan la calidad de vida de los colombianos, no deben ser interpretados como un fenómeno transitorio sino entendido como un requerimiento a la nación y sus regiones para fortalecer sus recursos mientras se pone a prueba al Sistema Nacional de Gestión del Riesgo y las políticas públicas que le dan soporte.
Desde la Federación Nacional de Departamentos propiciamos el primer escenario de diálogo del 2024 entre el Gobierno nacional, los departamentos y los sectores más afectados, y por lo mismo los actores más interesados en articular esfuerzos y generar capacidades para atender y prevenir estas situaciones de desastre, en un foro regional que buscó plantear acciones efectivas, que trasciendan en el tiempo y que contribuyan a que todas las regiones del país estén mejor preparadas para hacer frente con eficacia, tanto al fenómeno de ‘El Niño’ como al de ‘La Niña’ que se espera impacte en el segundo semestre de 2024.
Como congresista, tuve la oportunidad de ser ponente y participar de la discusión del proyecto que daría vida a la Ley 1523, orientada a reducir la vulnerabilidad del país ante las amenazas de desastres y a incrementar la seguridad, el bienestar, la calidad de vida, el desarrollo sostenible y la resiliencia en los territorios; como gobernador, atendí desde el primer día de mi mandato el desabastecimiento de agua y los incendios forestales provocados por el fenómeno de ‘El Niño’ de 2016.; y hoy, desde de la Federación Nacional de Departamentos, hemos reafirmado al Gobierno nacional, representado en la ministra de Ambiente, el ministro del Interior y la viceministra de Asuntos Agropecuarios, nuestra disposición, articulación departamental y capacidad técnica para acompañar la gestión de esta crisis de igual manera a como lo hicimos durante la pandemia de la COVID-19.
Para pasar de las cifras y estadísticas a la acción, debemos partir por comprender que estos eventos climáticos son cíclicos. En el 2011 el crudo fenómeno de ‘La Niña’ provocó la sanción de la Ley 1523 de 2012; hoy, llamados por lo que en esta norma se establece, debemos desde la cooperación y articulación de todos los niveles del Estado, el sector privado y la base comunitaria, lograr fortalecer la gobernanza del riesgo para las futuras generaciones, sin olvidar que las capacidades, recursos y tecnologías no serán suficientes si no existe un director de orquesta con la confianza del señor Presidente.