Sumadas sus fortalezas, los departamentos que integran la región Centro-Sur de Colombia representan un núcleo esencial para el crecimiento económico del país y un referente obligado para un mundo que hoy exige que el desarrollo industrial se pliegue a modelos ambientalmente sostenibles.
Amazonas, Caquetá, Huila, Tolima y Putumayo tienen una probada capacidad para generar proyectos de agrodiversidad y biocomercio, fuentes inagotables de valor agregado en un área territorial que hoy representa el 3,8 % del Producto Interno Bruto y cuyas exportaciones se incrementaron durante el último año en 216 millones de dólares FOB, cifra superior en 22,9 % en el comparativo anual.
Si pensamos en la región como en un gran clúster de desarrollo, hay atributos de sobra. Amazonas, por ejemplo, cumple las condiciones para consolidarse en el liderazgo que le ha valido el honroso apelativo de “pulmón del mundo”. El departamento se ha hecho fuerte en la generación de turismo de naturaleza y se transforma en actor fundamental para el cumplimiento de Colombia de los compromisos del Acuerdo de París, que incluye la promoción de procesos de desarrollo rural de bajas emisiones y la adopción de medidas que impliquen mitigación y adaptación al cambio climático.
Huila es una de nuestras mayores despensas agrícolas y sus productos ocupan un lugar de privilegio en la canasta exportadora. No en vano, goza ya de reconocimiento internacional como productor del mejor café del mundo y de un cacao de excelsa calidad. Lidera también las exportaciones de tilapia y sus insumos para el desarrollo agroindustrial atraen, de tiempo atrás, las miradas de inversionistas extranjeros.
Tolima, a su vez, representa el gran codo de unión, la bisagra que abre las puertas del encuentro entre el Magdalena Medio y el Eje Cafetero. Es un nodo de interconexión de transporte multimodal entre Bogotá y el Pacífico y, por ende, un canal fundamental para el comercio exportador. El departamento no solo ha conservado su condición de vanguardia en la producción de arroz, sino que posee una de las más ricas y diversificadas canastas de productos distintos a los minero-energéticos, incluidos uno de los de mayor acogida en los mercados: el aguacate hass.
Dentro de este acopio de atributos, Caquetá, albergue de 16 municipios beneficiarios de Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), merecería un capítulo especial. Su potencial económico ya no depende exclusivamente, como en el pasado, de la ganadería intensiva. Sus suelos están entre los mejor calificados para acoger proyectos agroforestales que convivan en armonía con su enorme potencial ecológico. Puerta de nuestra Amazonia, el departamento alberga en su territorio cinco parques nacionales naturales y cumple con los requisitos para aportar varios de los mejores destinos turísticos.
Potencia -porque lo es- en el mercado exportador de hidrocarburos, Putumayo dispone de unas características particulares que lo han venido llevando por el terreno de la diversificación. Con mercados de medicina naturista en auge, ha venido creciendo su producción de cúrcuma y de alimentos asociados a hábitos saludables, como el palmito de chontaduro y las especies de pesca artesanal.
Las cifras del Banco de la República y del Dane muestran la evolución positiva de la región Centro-Sur en cuanto a las ventas de café (23,2 %), como de los productos no tradicionales (20,5 %). Entre los principales países de destino de las mercancías despachadas desde esa zona están Estados Unidos, que predomina con una participación del 38,4 %; seguido por Japón y Canadá, con un 9,8 y un 8,1%, respectivamente.
Los cinco departamentos tienen otra característica común muy relevante: sus gobiernos están aportando capital semilla para emprendimientos nuevos y los signos de la recesión, que nos mantuvieron en vilo durante épocas críticas, están desapareciendo de la faz de sus economías.
Hablamos entonces de una región por la que vale la pena apostar como motor de una reactivación que exige, hoy más que nunca, de nuestros mejores esfuerzos colectivos.