Los resultados obtenidos por la estrategia de relocalización de empresas extranjeras en Colombia han representado por estos días las noticias más positivas y esperanzadoras de la gira del presidente de la república, su ministra de Comercio, Industria y Turismos, y representantes de los gremios de la producción a España y Estados Unidos.
Enriquecida con los aportes de los gobiernos territoriales, que han acondicionado sus planes de desarrollo a la medida de sus necesidades en materia de inversión extranjera, esa estrategia del nearshoring -como se le conoce en el concierto internacional- les abrirá en breve las puertas del país a cerca de 60 nuevas empresas.
Esas compañías, generadoras de inversión y empleo, se ubicarán en varias regiones del país donde encontrarán garantías relacionadas con la seguridad jurídica, una buena calidad de mano de obra y la posibilidad de llegar de manera más pronta y expedita a los destinos previstos para sus productos en el continente americano.
Cabe destacar que los alcances de la estrategia fueron perfilados, en amplia medida, durante la primera Cumbre Nacional de Gobernadores realizada el 25 de enero en Puerto Gaitán, Meta. Allí se produjo la primera noticia alentadora en este campo: 18 de las 115 empresas foráneas que habían expresado su interés en montar sus operaciones en Colombia, ya estaban operando desde las regiones.
Ahora la ministra de Comercio, María Ximena Lombana, nos anuncia la avanzada de otras 57 compañías atraídas por ofertas formuladas varias de ellas desde el ámbito regional, por intermedio ProColombia, con apoyo de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), cuya directora María Claudia Lacouture adiciona otra buena nueva según la cual, las cerca de 450 empresas estadounidenses radicadas en nuestro país generan hoy cerca de 100.000 empleos directos e indirectos.
La estrategia es sustanciosa y fundamental para potenciar la competitividad del país. El destino de la inversión extranjera comienza ya a afianzarse en proyectos estratégicos de largo aliento. La atención de las empresas que comienzan a relocalizarse se centra en la Primera Ola de Megaproyectos 5G, mediante el modelo de alianzas público-privadas. En esa ola están, por ejemplo, el Acceso Norte Fase II y la Troncal del Magdalena 1. Cuando se sumen 12 iniciativas correspondientes a la Segunda Ola 5G las inversiones proyectadas alcanzarán los USD 8.058 millones.
Es preciso aumentar gradualmente la meta de importar más exportadores. No para generarle competencia a los productores nacionales, sino para convertir a este país de regiones en un potente hub, que contribuya a acelerar los procesos de reactivación y crecimiento de la economía, aprovechando la coyuntura que muestra que las cifras comienzan a ser superiores a las de épocas anteriores a las de la pandemia.
Los antecedentes más cercanos en la historia son favorables. La inversión extranjera directa (IED) ha contribuido al crecimiento de la economía a través del incremento de los niveles de recursos. En 2019, los flujos de IED representaron 4.4 % del PIB y, para el periodo 2005 -2019, representaron alrededor de 4.2 % del PIB.
La presencia de empresas relocalizadas puede incluso llegar a contribuir a un intercambio de conocimiento en algunas industrias. Por eso, la Misión de Internacionalización planteaba recientemente cómo, a través de la migración, de la diáspora, de las empresas nacionales y extranjeras, del comercio de bienes y servicios y de un fortalecimiento del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación, el país puede adoptar y adaptar tecnología y conocimiento que está en el mundo globalizado, como vehículo para lograr mayores niveles de prosperidad.
Decantadas las cifras, llama la atención un anuncio hecho en España por la delegación colombiana. Hasta hoy se ha acompañado el inicio de 49 proyectos de inversión por un monto de inversión estimado en USD 976 millones y se avecinan 61 anuncios concretos de inversión.
La importación de exportadores, una tendencia creciente que debemos respaldar, impulsará la participación del país en las cadenas internacionales de suministro. Se trata de una oportunidad que Colombia y sus regiones están en capacidad de aprovechar. Su perspectiva de futuro parece inmejorable.